El primer hospital para pederastas estaría disponible en 2009
La noticia ha dado la vuelta al mundo. El primer ministro francés, Nicolás Sarkozy, ha decidido castrar a los pederastas después del escándalo de la violación de un niño por parte de un pederasta que acaba de salir de la cárcel por el mismo motivo. Sarkozy ha atajado la polémica anunciando que creará hospitales para recluir a los pederastas una vez que haya finalizado su estancia penitenciaria. E incluye entre el tratamiento la castración química.
El caso es todavía más sangrante porque ocurre que el personaje en cuestión consumía Viagra por recomendación de su médico penitenciario para corregir su impotencia. Y además, era conocida su afición a las revistas porno. Vamos, que era un angelito. Pero una cosa es que tenga un serio trastorno de su sexualidad y otra que lo más adecuado sea la castración.
En este caso resulta obvio que lo más adecuado habría sido que la Junta de Tratamiento hubiera dictaminado su incapacidad para readaptarse socialmente y por tanto hubiera alargado su pena hasta cumplir en su totalidad la condena. Si tras la condena total, el pederasta seguía manifestando incapacidad para la convivencia, habría que arbitrar algún sistema de tutela. La solución descansa más en el sistema penal que en la castración, por muy bien que quede como mano dura frente al delito.
Por otra parte, desde el punto de vista práctico, el primer hospital para pederastas anunciado por Sarkozy verá la luz en el 2009. ¿No sería más rápida y eficaz una reforma del sistema de redención de condena de manera inmediata?