El periodista Eugenio Scalfari (en la imagen) se define a sí mismo como un ateo que "aprecia a Jesús sin reconocer su divinidad". Pues oiga, no me dice mucho del superplumilla italiano, de este Juan Luis Cebrián trasalpino.

Tres veces se ha reunido con el Papa Francisco, aprovechándose de la bonhomía del pontífice argentino y al menos dos veces le ha manipulado al trascribir erróneamente sus reflexiones. ¿Dónde habrá estudiado periodismo este tío

Las dos veces se ha encontrado con el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, quien, con palabras progresivamente más gruesas, le ha acusado de... mentir (esto es, de forma progresista). Pero el mal ya estaba hecho, claro está.
Periodista Eugenio: si usted se autodefine como ateo resulta que Jesús de Nazaret se autodefinió como Dios

Pero vamos con la autodefinición de Scalfari. Mire usted, don Eugenio: no se puede apreciar a Cristo y negar su divinidad, porque es una contradicción en sus propios términos. Porque si usted se autodefine como ateo resulta que Jesús de Nazaret se autodefinió como Dios. Esto es, que era realmente Dios o era el peor hombre que ha existido, el más soberbio, el hacedor de la mayor impostura de la historia.

Recuerden que ni a Buda, ni a Mahoma ni a los profetas del antiguo testamento se les pasó por la cabeza declararse dioses o hijos de Dios.

Así que, señor Scalfari, no diga usted chorradas: por un personaje así no se puede sentir afecto alguno. Salvo, eso sí, que fuera realmente Dios.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com