La semana pasada, el gobernador del Banco de México (Banxico), Guillermo Ortiz, presentó un duro informe en la Comisión de Finanzas del Senado en la que critica que la banca extranjera que opera en el país azteca cobre comisiones hasta 10 veces superiores a las cobradas en país de origen.

Además, Ortiz criticó la congelación de los préstamos. En el año 2003, la cifra de préstamos a las empresas se había reducido en un 4,3 por ciento y, en lo que llevamos de año, la financiación empresarial se ha reducido en un 11,4 por ciento. El proceso de desaceleración del préstamo productivo contrasta con el auge del préstamo al consumo, especialmente a través de las tarjetas de préstamo. Una evolución que, según el Serfin SCH, "está alcanzando una velocidad de vértigo". También el BBVA Bancomer está haciendo su agosto con el dinero de plástico. Según el informe de Banxico, un cliente mexicano paga un 80,06 por ciento del saldo frente al 8,73 de rentabilidad ofrecida por el cliente español. ¿Alguien da más?

Los bancos, sin embargo, niegan que su rentabilidad provenga de las comisiones. Según sus informaciones, tan sólo el 32,3 por ciento de sus resultados provienen de las comisiones, un porcentaje menor que el presentado en España. Por otra parte, explican las expectativas en el mercado mexicano en el crecimiento de la clientela en un país escasamente bancarizado, donde sólo 15 de cada 100 mexicanos frecuentan una sucursal bancaria y sólo el 10 por ciento de las viviendas son adquiridas a través de un préstamo hipotecario.

Pero lo que más preocupa a las autoridades mexicanas es la congelación del préstamo. "El dinero está parado y eso impide a las compañías afrontar planes de expansión", explica a Hispanidad.com un analista conocedor de la realidad mexicana. La congelación del préstamo inversor e hipotecario frena la actividad económica y dificulta el crecimiento y la creación de empleo. Por eso, el Senado mexicano ha aceptado la propuesta del senador priísta, Mariano González, de remitir a la Asociación de Bancos de México (ABM) para que realice las modificaciones necesarias a fin de frenar el alza de las comisiones de las entidades bancarias. El PRI quiere revisar también los contratos de remuneración de los depósitos, que muchas veces se encuentran por debajo del nivel de inflación.

Pero el problema principal sigue siendo el crédito. Los préstamos se encuentran en un nivel calificado de usura. Los márgenes son muy superiores a los existentes en España. Pero es que, además, la prima de riesgo es muy superior, porque la mora se encuentra disparada. Este sobrecoste provoca la fuga de la actividad financiera hacia el vecino del norte. Muchas compañías solicitan préstamos a entidades bancarias norteamericanas a tipos de interés razonable. Incluso la misma entidad norteamericana con sede en México tramita el préstamo desde el país azteca. De esta forma, se produce un doble sistema. Uno que podríamos denominar "colonialista" de entidades extranjeras -que controlan el 90 por ciento de la actividad bancaria mexicana- con niveles de mora, márgenes y tipos "desarrollados". Y otro sistema "autóctono", con moras disparadas, márgenes abusivos y tipos desmesurados. Las autoridades han comenzado a tomar cartas en el asunto. Nunca es tarde si la dicha es buena.