Se ha celebrado estos días en Madrid, con escaso eco mediático por cierto, un interesante encuentro del Observatorio de la Familia dedicado a reflexionar sobre el valor del cuidado del hogar, la conciliación entre trabajo y familia y la atención a la infancia.
El tema abordado ha revelado las carencias de nuestro país en un sector tan esencial como es la ayuda a la familia y la protección de la maternidad.
Coincidiendo con esta reunión, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha anunciado la próxima aprobación de una Ley del Menor junto al esperado Plan de ayuda a la familia, que entrañan la regulación del consentimiento paterno para que las menores de edad puedan abortar, que en eso se ha quedado toda la reforma prevista por su dimitido antecesor.
La pretensión del Gobierno es que su proyecto impida los factores económicos, sociológicos y laborales que están detrás de la decisión de muchas mujeres a terminar drásticamente con su embarazo.
Enric Barrull Casals