Quiero recordar algunas reflexiones que, con motivo de la festividad de san Pedro y san Pablo, el Papa Francisco nos hacía ese día.
Es la confianza en Dios la que disipa todo temor, nos hace libres de toda esclavitud y de toda tentación mundana.
El Señor pide, en especial a los Pastores, que le sigan, que vayan a lo esencial y que no pierdan el tiempo en chismes inútiles. Lo esencial es eso: seguirle, a pesar de las dificultades, con el ejemplo de una vida entregada, y anunciar la alegría del Evangelio para que, como ha sucedido con muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia, el encuentro con Cristo cambie para siempre sus vidas y sean capaces de ponerla por entero al servicio de los más necesitados.
J.M.