El ministro de Industria ha advertido al presidente del Gobierno, que se autocalifica como el miembro más antinuclear del Ejecutivo que si el Gobierno cierra la central Nuclear de Garoña (propiedad, mitad por mitad, de Endesa e Iberdrola) el mercado entenderá que España renuncia a la energía nuclear y, con ella, al autoabastecimiento.
La parte más ecologista del PSOE, representada por Leyre Pajín -para quien la energía nuclear no es progresista- se empeña en defender la energía solar y en cerrar Garoña. No es que la central burgalesa represente mucho (400 MW) pero es un test para saber qué hará el Gobierno cuando comiencen los vencimientos acelerados de otras centrales como Cofrente, Alamaraz, Ascó, etc.
Ahora mismo, Garoña, una central de tercera generación. Produce el 1% de la energía consumida en España, lo mismo que la fotovoltaica (nada menos que 3.100 MW instalados), con una diferencia: cuesta 30 veces menos.
¿Por qué es entonces, rentable la fotovoltaica? Por las primas -subvenciones- del Estado, la misma que engrosa el déficit de tarifa que pagamos entre todos... en tarifas futuras.