La segunda víctima atormentada es la mujer. Millones de jóvenes se han hundido en el fraude del aborto, y casi todas ellas, están penando lo que se denomina como Síndrome Post-aborto.
Así lo prueba la institución abortista más significativa del universo, la Federación Internacional de Planificación Familiar, al aseverar que: la incidencia del trauma post-aborto, para jóvenes de abortos quirúrgicos, puede llegar a alcanzar hasta el 91% de los casos.
Las jóvenes que abortan comienzan a padecer los síntomas post-aborto, esto es: zozobra, desesperación, delirios, desvelo, embriaguez, drogadicción, desesperanza, psicosis y suicidio.
El Gobierno de Finlandia desveló tener siete veces más suicidios entre jóvenes que habían abortado, de acuerdo con el último informe sobre una muestra de más de 9.000 mujeres un estudio estremecedor y patético. A los atisbos del mundo, no les pasa nada a las jóvenes que abortan porque es legal, sin embargo se vuelven dementes; el 64% de ellas ingresan en sanatorios psiquiátricos después del aborto, según una investigación de la Universidad de Baltimore, USA y el 59% sufren trastornos psiquiátricos graves y permanentes tras el aborto, según la Real Academia de Obstetricia de Inglaterra.
Otra de las graves secuelas del aborto, divulgada en los últimos años, es el carcinoma de mama. Junto con el gran acrecentamiento de los cánceres del aparato reproductivo de la mujer, el cáncer de mama ha tenido un aumento espectacular en los últimos 20 años, en todos los países donde se ha propagado el aborto.
Por último en una investigación de la catedrática pro-abortista, Janet Daling, divulgado por el Journal of the National Cancer Institute, se aseveraba que en los casos en que había precedentes familiares, el peligro de la madre que abortaba más tarde de los 30 años crecía un 270%. Más aún, cuando las jóvenes abortaban a su primogénito antes de los 18 años.
El doctor Nathanson, adelantado defensor del aborto en los Estados Unidos, incluido el de su propio hijo, testifica afligido: La Humanidad hoy se arrepiente de la esclavitud de ayer, y pronto se avergonzará del crimen del aborto.
Clemente Ferrer
clementeferrer3@gmail.com