La vicepresidenta considera que el fichaje de Pizarro supone una "derechización" del PP  

Venir de la mano de Aznar supone -según De la Vega- pertenecer al "sector más duro" de la derecha, la "derecha radical". Además, censura que haya apelado a las víctimas del terrorismo para entrar en política. "Mal empieza". Y más: su trayectoria de gestor privado le hace sospechoso de no velar por los intereses generales, aunque por supuesto, es legítimo "pasar de la empresa a la política".
Mal. Muy mal ha sentado el fichaje de Pizarro en el PSOE. Los socialistas no le conceden ni la hora. No permiten que le califiquen de buen gestor ni de "peso pesado de la economía". Y así De la Vega señala a Hispanidad que como gestor, tampoco ha sido para echar cohetes.

-Hombre, ha duplicado el valor de la acción...

-Ha ido mejor Iberdrola durante ese período, responde De la Vega.

Por supuesto, reconocen que no es un "mindundi". Pero nada más. Primera estación: decir como ha dicho Pizarro que viene a la política para poder mirar a las víctimas del terrorismo a los ojos es "indecente". De la Vega no soporta que el ex presidente de Endesa utilice políticamente a las víctimas.

Segunda estación. El fichaje de Pizarro es "derechizar" al PP. No se trata sólo de personas, sino de "proyectos". Y el proyecto del PP es del sector "más duro" de la derecha. No dijo ultraderecha, pero le faltó poco. La próxima vez seguramente dirá ‘derecha extrema', que suena muy bien. ¿Por qué Pizarro representa la ‘derecha más dura'? Porque viene de la mano de Aznar, según la interpretación de De la Vega y de López Garrido. No obstante, para ser derecha extrema resulta bastante poco patriota. Preguntado por Hispanidad sobre si resultaba patriota ceder la compañía a una empresa pública italiana, respondió: "¿Pero de qué estamos hablando, de patriotismo o de plusvalías?" Por lo demás, este viernes ha informado en el foro de elmundo.es que será acompañado en sus mítines por Gallardón con quien -afirma- mantiene una excelente relación.

No ha apelado a que el turolense acumula un patrimonio de 2.000 millones de las antiguas pesetas, porque eso se lo deja a Izquierda Unida, que siempre se apuntan a los argumentos obscenos. Eso sí, desde Moncloa se insiste en la incompatibilidad de Pizarro para decidir sobre política económica o energética. Y desde luego para resolver sobre el tema tarifario. "Se tendrá que inhibir".

Pero De la Vega introduce un nuevo elemento. Considera que hay que examinar su "trayectoria" en defensa de las empresas y de los intereses privados. Estas serán sus "cartas credenciales" para juzgar su capacidad de servicio público. ¿Sugiere la vicepresidenta que no es posible servir a la política proviniendo del mundo de la empresa?, le preguntamos. De la Vega recula. Afirma que "la política es un arte noble al que por supuesto se puede llegar desde la política". ¿Entonces? "Hay que examinar la trayectoria". O sea, que para De la Vega, la trayectoria de Pizarro como gestor empresarial no sólo está marcada por sus vinculaciones políticas, sino que tampoco es que sea excelente.

-Si consigue duplicar el PIB como lo ha hecho con la cotización de Endesa, estaría muy bien, señalamos.

-Es que no lo ha conseguido y desde luego, su desempeño fue peor que el de Iberdrola, replica.

En todo caso, De la Vega no olvida que tuvo que ser ella quien fuera a Canarias  cuando se produjo el apagón de 2005 "porque Pizarro no quiso dar la cara". Por supuesto, acudió en solidaridad, pero dejó claro que los responsables eran el Gobierno regional y la empresa. En resumen: que el fichaje de Pizarro ha escocido, y mucho, en el Gobierno. Menos mal que la expulsión de Gallardón les dio alas, que si no...

Incluso a De la Vega se le olvidó citar el pequeño detalle de que Manuel Pizarro y Florentino Pérez, el enemigo de Ignacio S. Galán, se conocen desde hace tiempo... desde los tiempos en que ambos trabajaban para UCD. De todo ello, podemos deducir que si Pérez saca adelante su proyecto de facilitar una OPA de los alemanes de E.ON. y Florentino se cobra su 13% en activos de Iberdrola para unirlos a Fenosa, el Gobierno español no facilitará las cosas en demasía. No por la operación, sino por el protagonismo de los derechosos.