España es el único país de la UE que sigue manteniendo la fórmula recaudatoria del sistema de módulos. Se trata de un método de estimación objetiva que facilita la recaudación y exonera al contribuyente de engorrosas obligaciones contables. Sin embargo, se han convertido en una gran fuente de defraudación. Pequeña, pero dos millones de pequeños paraísos fiscales suman un mucho. En concreto, según los datos de la memoria 2005 de la Agencia Tributaria, se trata de 2.295.250 de los que renuncian 473.974, es decir: 1.821.276.
Porque la empresa que cotiza por módulos no tiene por qué justificar las facturas que emite o recibe. Y eso permite que se emitan facturas inexistentes para tratar de recortar las bases imponibles de los quioscos de los amigos que tienen la desgracia de dedicarse a actividades no sometibles al sistema de módulos. El sistema encubre un enorme fraude fiscal. Eso sí, democratizado entre pequeños empresarios. El problema de ese fraude fiscal -como el de todos- es que la factura fiscal siempre se ve elevada para quien no puede escaparse del Fisco : los trabajadores.
Más curiosidades de la memoria. La cifra de empresarios (es decir retenedores) se eleva a 4.755.304, un 8.97% más que en 2004. Aunque conviene matizar que la mitad de estos empresarios, funcionan por el sistema de módulos. Y por último, la cifra de quejas a la Agencia Tributaria se ha elevado un 26%, pasando de las 6.617 a las 8.344. La conflictividad parece no superada.