La familia Sanahuja debe a unos cuarenta bancos la bonita cantidad de 12.500 millones de euros. Ahora bien, el principal acreedor es el británico HSBC y La Caixa también se ha quedado fuera del acuerdo conseguido a primeras horas de la tarde del miércoles. Tras amenazar con acudir a la suspensión de pagos, lo que devaluaría los activos, y tras filtrar a la prensa que sólo aceptarían ceder un 54% del capital, los Sanahuja se han visto obligados a ceder el 65% y, ojo, sólo a esas seis entidades: Santander, BBVA, Popular, Banesto Sabadell y Cajamadrid. Queda fuera el HSBC y otros casi cuarenta prestamistas menores.
Con ello, los firmantes tratan de asegurarse el cobro de sus créditos y, al mismo tiempo, inauguran una nueva forma de cobrar morosos: en lugar de la suspensión de pagos la toma de control de la empresa. En el fondo, recuerda un poco la técnica de saneamiento de entidades bancarias puesta en práctica por el fallecido Mariano Rubio en los años ochenta: lo primero, hacerse con la gestión.
Eso sí, en Metrovacesa, con activos dedicados al alquiler de oficinas -uno de los pocos subsectores inmobiliarios con cierto futuro-, el asunto ha sido posible. En otros casos, se presentará más complicado.