Sr. Director:
El Papa Benedicto XVI prometió al llegar a su tierra natal que sólo hablaría de Dios.

 

"Sólo vengo a hablar de Dios", dijo, y ciertamente lo ha cumplido, desde la secularizada Berlín a la católica Friburgo, pasando por Erfurt en la antigua RDA.

El Papa ha hablado sobre los peligros que se ciernen sobre las sociedades que prescinden de Dios, pues acaban abrazando ideologías y sistemas como el nazismo y el comunismo -ambos sufridos por Alemania-, la letal "lluvia ácida" que destruye al hombre y esteriliza moralmente a las comunidades. La comparación es acertadísima y el contenido no puede ser más sencillo y profundo a la vez.

Pedro J. Piqueras Ibáñez