La marea de indignación que provocó, la pasada semana, la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, dejó en segundo plano los datos de recuperación económica que reflejaban el duro sacrificio de la sociedad española y el acierto del Gobierno para salir de la crisis económica.
Pero lo que ha ocurrido demuestra que a los españoles les preocupa tanto o más que la crisis la persistente y angustiosa sensación de que la Justicia está supeditada a criterios políticos.
No obstante, hay que precisar que en el caso de la supresión de la "doctrina Parot" no puede culparse al ejecutivo que preside Mariano Rajoy de haberse plegado a la supuesta "hoja de ruta" fijada en la negociación del gobierno Zapatero con ETA.
Suso do Madrid