Sigo con gran interés las noticias de su diario digital y sus acertados análisis de la actualidad.
Sin embargo el viernes en que dijo "me nacionalizo ruandés" creí percibir cierta sorna hacia ese pequeño país heroico y mártir del olvidado continente africano.
Ruanda padeció un genocidio de su población tutsi en 1994, 1.000 000 de personas murieron en 3 meses. La eficacia de la máquina de matar se debió al abandono de la comunidad internacional y al apoyo de Francia al régimen racista del Hutu Power.
En 15 años este país se ha recuperado de un hecho tan traumático como la Shoah y con muchas menos prebendas de la comunidad internacional, gracias a la famosa "resiliencia" africana y a un estadista, Paul Kagame que (a pesar del nombre que en español suena regular) es uno de los jefes de Estado más clarividentes de África.
Lo dicho: Ser ruandés puede ser un orgullo.
Tarsicia Gómez
tarsicia35@hotmail.com