Con la mirada puesta en Libia y en Afganistán está claro que la intervención militar de la Comunidad Internacional es sólo el último recurso.
Pero ¿servirá de algo una simple condena de la violencia contra el régimen de Bachar al Assad? Nos preguntábamos a principios del mes de Agosto, parece que no. Siria es un país de un incalculable valor estratégico del que depende, en buena medida, la tranquilidad en la zona.
El realismo manda, pero la impunidad es un precio demasiado elevado cuando se trata de masacres como las practicadas por ese régimen. A la espera de lo que haga la ONU, las decisiones adoptadas por la UE quizás den resultado. Nada como congelar los bienes de Al Asad y sus sanguinarios colaboradores para obligarles a claudicar.
Xus D Madrid