Revisión muy libre del personaje creado por el escritor Arthur Conan Doyle a quien el director de origen británico Guy Ritchie convierte en un héroe de acción.
En esta aventura de Sherlock Holmes, el popular detective se enfrenta a un malvado muy peligroso llamado Lord Blackwood quien parece dominar artes de magia negra. Para rizar más el rizo, también entra en escena Irene Adler, la contrincante femenina más admirada por Holmes.
Desconozco si a los más fieles seguidores de Sherlock Holmes les gustará esta nueva recreación cinematográfica que se toma muchas libertades en la concepción de los personajes, en sus relaciones personales así como en su forma de actuar. Porque aquí Holmes no es el pulcro y frío detective de las novelas, sino un desastrado y poco higiénico individuo que se niega a que su compañero de fatigas Watson le abandone por un compromiso matrimonial. No es extraño si tenemos en cuenta que el doctor en esta aventura es mucho más inteligente y resolutivo que en las entregas clásicas. De tal forma que ambos, Holmes y Watson, componen un gran equipo que, en forma física, nada tiene que envidiar a cualquier pareja de acción del cine actual.
Rodada con los suficientes medios técnicos como para resultar muy vistosa visualmente, el personaje de Holmes da la impresión que se ha amoldado a la personalidad (bastante singular) del actor que lo interpreta, Robert Downey Jr. Sin ser una vuelta de tuerca del personaje literario (como ocurría con la simpática comedia Sin pistas, de Tom Eberhardt), este Holmes, a pesar de utilizar métodos deductivos a cada paso, es muy diferente al clásico que siempre había contemplado. Eso sí, el resultado es muy entretenido.
Para: Jóvenes y adultos que no les importe contemplar una versión libre del detective más grande de todos los tiempos