Emilio Botín busca banco en Polonia
El consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, no ha querido manifestarse, ni ante periodista ni ante analistas, sobre las posibilidades del banco cántabro de hacerse con ABN Amro ni sobre la contraofensiva del Barclays. "La comunicación la hace el consorcio de manera conjunta", señala en una ocasión. Y ante un segundo intento: "No voy a hablar sobre la cuestión por las razones que he expuesto antes". Nada, pinchazo en hueso. Tercer intento: ¿afectará la compra de ABN al negocio en EEUU? "Cuando llegue ese puente, ya lo cruzaremos; si sale, ya pensaremos en las derivadas de esa decisión. Pero lo primero es resolver la ecuación principal, y todavía no la hemos resuelto".
Ahora bien, el tono de Sáenz fue muy otro en la tercera reunión sobre resultados semestrales, la mantenida con ejecutivos de la propia entidad. Satisfecho de los resultados, aunque la rentabilidad camina por detrás de Popular y BBVA, Sáenz galvanizó a sus huestes, advirtiendo que el ABN era suyo. Es verdad que la nueva oferta de Barclays ni tan siquiera alcanza de las consorcio Royal Bank of Scotland, Santander y Fortis, y que, por el momento, no ha ya necesidad de elevarlo, pero si los ingleses consiguieran más financiación, la ‘troika' ya tiene preparado el relevo. O como diría Sáenz: El ABN es nuestro.
Eso sí, sin LaSalle, que al final se la quedarán los estadounidenses de BoA, por la sencilla razón de que el fiscal holandés así lo ha decidido. Y no era lo que BoA quería, pues la absorción de LaSalle le sitúa en el límite de cuota de mercado doméstica en Estados Unidos. Lo que los estadounidenses querían es repartir LaSalle, precisamente con el Santander.
Y el tándem Botín-Sáenz no para. Ahora buscan banco en Polonia, que se ha puesto de moda desde la adquisición de Bank Pekao por Unicrédito y la apertura de una oficina por parte de La Caixa. Y es que se trata de un país en el que merece la pena invertir. Ya saben, si tienen una entidad que vender pasen por Boadilla.