El cristiano no debe esconder su condición en ninguna de las facetas de su vida.
Tampoco en la política, donde, en este momento histórico, como recordaba Benedicto XVI a los dirigentes de una corriente política, no podrá limitarse a responder a las urgencias de una lógica de mercado, sino que tendrá que seguir asumiendo como cuestión central e imprescindible la búsqueda del bien común, entendido de modo correcto, así como la promoción y la tutela de la inalienable dignidad de la persona humana
Enric Barrull Casals