Así, la abortista portavoz parlamentaria de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, acusa al Gobierno de utilizar el aborto como un método anticonceptivo más, al tiempo que el inefable alcalde de Madrid, el abortista Alberto Ruiz-Gallardón, pretende marcar distancias con el Gobierno socialista -pero aún más con los 'carcas' de su formación- con la curiosa promesa de que administrará la postcoital con receta médica para evitar efectos secundarios.
Todo lo cual es muy curioso. Lo de la abortista Soraya por establecer distingos donde no los hay: todos los medios anticonceptivos -salvo el condón- existentes hoy en el mercado -y en primer lugar la Norlevo y la Postinor- son o pueden ser abortivos, dado que impiden la anidación -por tanto, la supervivencia- de un nuevo ser con código genético individuado, distinto del padre y de la madre, como es el óvulo fecundado, el embrión.
Gallardón, el tipo más cínico que pueda encontrarse alguien en la política española, asegura que impartirá la postcoital a adolescentes con receta médica. Pero, muchacho, Gay-ardón, ¿no será que la llevas impartiendo y expidiendo en tus centros municipales para jóvenes a toda cría de más de 13 anos -edad mínima legal para mantener relaciones sexuales consentidas, de forma gratuita, sin otro control médico que el de las feministas que pagas en dichos centros?
Afirma el señor alcalde que pretende evitar los efectos secundarios de la postcoital. Pero hombre, Albertín, príncipe, no seas jetas: la postcoital, como el aborto, que lo mismo es una cosa que otra, siempre tendrá un efecto letal sobre el cuerpo y sobre el alma de la mujer, también de las adolescentes con más hormonas que cerebro. De hecho, el fenómeno social del momento, no nuevo en la historia pero sí novedoso por su extensión actual, consiste en una generación de mujeres absolutamente tocadas, moral y psíquicamente, por haber abortado. Son vidas condenadas a lo peor.
Del PSOE ya sabemos lo que pretende: molestar. Un Gobierno degenerado como el de Zapatero utiliza el derecho humano primero, el derecho a la vida, del que dependen todos los demás, como arma política. Otro tibio, cínico y cobarde, como el PP, busca argumentos para justificar lo injustificable.
Por todas estas razones, me adhiero al informe que, sobre la píldora postcoital, ha elaborado David del Fresno, director del Instituto Efrat.
Eulogio López
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