Sr. Director:
Resulta muy interesante el artículo sobre Mercedes Gallizo. Hace ya décadas, publicó la Universidad de Iowa un estudio sobre "verdad" y enfermedad mental. En él informaban de la alta correlación entre no vivir en la "verdad" (no sólo mentir o engañar, sino también un sistema de vida que no tiene coherencia entre lo que se debiera hacer razonablemente y lo que se hace) y enfermedad mental.
También Festinger habla de la tensión que se produce en la mente cuando, entre pensamiento, criterio y acción, se da habitual discordancia: es la conocida disonancia cognitiva de Festinger. Esa disonancia también acaba afectando a la persona o bien por la vía de romper con la disonancia o por la ruptura de la persona. Parece fácil romper la disonancia entre pensar y obrar haciendo lo que uno quiere, pero resulta que como los criterios razonables o morales va a ser verdad que los tenemos grabados los humanos, pues... no es tan fácil y acaba sufriendo la salud mental de la persona.
Es bastante creíble lo que usted apunta ¿Qué sociedad estamos construyendo de precaria salud mental? Cada vez hay más trabajo para psicólogos y psiquiatras (y eso que no van todos los que lo necesitan). En alguna ocasión, y a más de una persona con trastornos psicológicos le he tenido que decir honestamente: "mire, lo suyo no es un problema mental, es un problema de escoger entre el bien y el mal. Quiere usted contestar lo malo y usted mismo se rompe".
Hace unos años, en una ciudad dormitorio de alrededor de Madrid, los Agustinos tenían que hacer una iglesia. Se levantaron, soliviantados por otros, los del barrio. El párroco, un ‘león' con bastante sentido común, que había estado muchos años en misiones, les dijo: "muy bien si no queréis la iglesia acabaréis construyendo una cárcel". Al final, afortunadamente para ellos, hicieron la iglesia. Esa parece que va a ser cada vez más la realidad de la Aldea Global: construyamos cárceles y psiquiátricos ya que no queremos iglesias.
Ya dice el refrán "el castigo de los malos es la ausencia de los buenos". ¿Aprenderemos de la reciente historia del pasado siglo?
Eduardo Pérez
e.p.felsin@correo.cop.es