He visionado la película Prueba de Fuego y quedé conmovido por la valentía con la que se plantea la recuperación de un matrimonio deteriorado.
Se trata de Caleb Holt, heroico capitán del cuerpo de bomberos, admirado y respetado por sus compañeros, por sus firmes ideales y su dedicación al trabajo y al servicio de los demás.
Sin embargo, comienza a tener dificultades en su matrimonio, no consigue entenderse con su esposa Catherine, que le pide el divorcio. Siguiendo los consejos de su padre, que también sufrió una crisis conyugal, intentará reconciliarse con su esposa siguiendo un método de pequeñas metas, a desarrollar durante cuarenta días.
Es un drama romántico concebido con propósitos edificantes que no se ocultan en ningún momento. La idea consiste en recordar que la vida matrimonial no está exenta de dificultades, y si se estima como valiosa, se ha de poner empeño en fortalecerla, con pequeños detalles y contando con la ayuda de Dios. El valor de desarrollar, abiertamente, este planteamiento resulta meritorio en una sociedad tímida a la hora de manifestar las propias creencias.
Lidera el reparto Kirk Cameron, que protagonizó la famosa telecomedia Los problemas crecen. El filme presenta situaciones muy reales en la convivencia diaria del matrimonio -escapismo y adicciones de internet, amargos reproches que buscan herir, impaciencia, descuidos, devaneos y confundir los planos del amor y la pasión. Estos son los parásitos que enfrían el amor conyugal.
Eric Wilson escribe una novela basada en el guión llevado al cine bajo el mismo título: "Prueba de fuego". La trama se centra, como se ha comentado, en el proceso de ambos cónyuges para lograr entender que el matrimonio significa un pacto de por vida. Que al ponerse un anillo, se formula una promesa de fidelidad "en las alegrías y en las penas, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad", y luego no se puede pretender que la promesa surta efectos solo en las alegrías, en la prosperidad o en la salud. No está terminado el trabajo con las alegres nupcias, sino que es un proceso para toda la vida y que va aproximando el corazón del hombre al de la mujer. El matrimonio no es una estación de llegada, sino de salida. Dios quiso que el matrimonio durara toda la vida y Caleb pidió a Dios que le enseñara a ser un buen marido y se lo concedió salvando el matrimonio.
La frase clave de la novela es de un sacerdote: "El deseo de Caleb y Catherine consiste en que su juramento matrimonial no sea un contrato sino una alianza divina. El matrimonio es una institución fundada por Dios para toda la vida".