Probablemente, se trata del movimiento ciudadano más importante conocido jamás en la historia europea. Se trata de los europeos movilizados por diversas asociaciones y movimientos que han exigido el reconocimiento estricto de las raíces cristianas en el preámbulo constitucional.
Se trata de 900.000 firmas con nombres y apellidos de europeos de a pie. Algunos de ellos ostentan representación de asociaciones, por lo que la cifra de firmantes morales se eleva a 60 millones. Todo un movimiento social que, sin embargo, ha pasado de puntillas en los ámbitos políticos y mediáticos. Se trata del pacto de silencio no escrito sobre el hecho religioso. Y ello a pesar de que el documento haya sido firmado por los eurodiputados españoles María Antonia Avilés Perea, Juan José Bayona de Perogrodo, Felipe Camisón Asensio, Concepció Ferrer, Salvador Garriga Polledo, Juan Andrés Naranjo Escobar y Manuel Pérez Álvarez.
El debate se ha acelerado por la inminente incorporación de 10 estados a la Unión Europea el próximo 1 de mayo y el desbloqueo constitucional protagonizado por ZP con la entrega del Camino Español al eje franco-alemán. Además, este fin de semana comienza en Madrid una peregrinación a Santiago organizada por los obispos europeos a la que asistirá el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, así como el presidente del Europarlamento, Pax Cox. El objetivo es recordar en Santiago -tradicional centro de peregrinación de la Cristiandad- que la fe es el único elemento aglutinador del Viejo Continente y que abandonada la fe, Europa se convierte en el espacio libre de aduanas, o peor, en la administración de los eurócratas. Que Dios nos pille confesados...