• La operadora holandesa, controlada por Carlos Slim, aprobó la venta en octubre, en una junta extraordinaria.
  • El Gobierno Merkel teme que Telefónica, tras la fusión de E-Plus con Telefónica Deutschland, se acerque demasiado a Deutsche Telekom.
  • Con su operación, la cuota de mercado en móvil de Telefónica en Alemania alcanzaría el 31,6%.
  • Las autoridades europeas de Competencia esperan nuevas concesiones y temen una subida de los precios en Alemania.

KPN aprobó la venta de su filial alemana E-Plus a Telefónica en octubre del año pasado. Se celebró para ello una junta extraordinaria de accionistas. Todo pintaba bien, a partir de ese momento, para que Telefónica Deutschland, controlada en un 76% por la compañía que preside Cesar Alierta (en la imagen), se hiciera con una licencia de cuarta generación (4G) en Alemania y pasara a convertirse en el segundo operador de ese país.

No se entiende, por tanto, que siete meses después, se sigan poniendo trabas a la operación, tanto por Alemania -el principal mercado europeo de telecomunicaciones- como por las autoridades europeas de Competencia. Por parte de Alemania, está claro: el Gobierno Merkel teme que Telefónica, tras la operación, se acerque peligrosamente a Deutsche Telekom, el gran operador en Alemania junto a Vodafone. Pero Deutsche Telekom es semipública: el Estado posee el 30%.  

La suma de E-Plus y Telefónica Deutschland da a Telefónica una cuota en el mercado del móvil del 31,6% (la primera posee algo más del 14% y la segunda, el 17,4%).

Las autoridades europeas, por su parte, temen que la fusión de Telefónica Deutschland- E-Plus reducirá de cuatro a tres el número de operadores en el país, algo que podría forzar al alza los precios por los servicios de telecomunicaciones.

Es un revés para Telefónica, que trata de evitar la presión con nuevas concesiones en la misma que otras anteriores, como ceder el espectro y parte de su red a Deutsche Telekom o a Vodafone.

César Alierta, que ya tuvo que lidiar lo suyo en las negociaciones con Carlos Slim, socio mayoritario de KPN, para poder comprar E-Plus (Slim se oponía), sigue encallado en una segunda lidia, pero con las autoridades de Competencia europeas.

No hay que olvidar tampoco que no son pocos los favores que Telefónica ha hecho a Merkel, cabreada como pocos por el espionaje norteamericano. Su relación con Obama, a partir de entonces, no son las mismas.

Por eso también, la canciller alemana ha querido poner en marcha un cortafuegos tecnológico antinorteamericano y ha elegido para ello a especialistas de Deutsche Telekom y de Telefónica. Merkel se fía más de los españoles que de los británicos, siempre pendientes de las complicidades con Washington.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com