Sr. Director:
Suma y sigue. La última noticia ha sido la de tirar al suelo y decapitar la imagen del Sdo. Corazón de Jesús del jardín de la ermita de S. Antonio de la Florida en Madrid. ¡No exageren, por favor!

Aquí no pasa nada. No es  como divulgan algunos alarmistas. Tenemos una democracia pacífica, unas leyes justas que respetan la Religión y las creencias de los españoles…

¿Sí? ¡Pues qué bien! Esa  será la bonita teoría de algunos políticos, cuando se les pregunta, en público,  por actos que ofenden los sentimientos íntimos de millones de españoles. La realidad es otra. Echemos una mirada retrospectiva al reciente pasado:

Se comenzó con pintadas ofensivas en paredes; se blasfemó públicamente en teatros, cines (capital y Getafe) y exposiciones de arte (Badajoz).

En TV presentaron a un Cristo asado y troceado, como plato exquisito, se incitó a recordar la memoria histórica del pasado. Se quitaron y cambiaron  nombres de calles, paseos y avenidas; desapareció la efigie del Caudillo de su original sitio en Madrid; se profanaron en varios sitios las tumbas de los cementerios; se arrancaron cruces de sus pedestales; se han quitado lápidas de los caídos de las paredes parroquiales; se han profanado iglesias y sagrarios; se han cometido sacrilegios públicos robando  formas en la comunión, etc.

Es verdad que, todavía, no se han quemado iglesias, ni se han fusilado a curas, monjas y laicos, pero a este paso…

Las leyes son todas muy respetuosas con la enseñanza eclesial, así que no exageren que aquí no pasa nada. ¿Y Ud. lector que cree?

Miguel Rivilla San Martín

miriv@arrakis.es