La reforma de las pensiones debe hacerse bajo el mismo principio de los salarios, que es lo que no está haciendo el Gobierno popular: trabajar más y cobrar más, o por lo menos, lo mismo.

A los funcionarios hay que hacerles trabajar más -quitarles los moscosos, por ejemplo- pero no quitarles la paga de Navidad, porque cobran poco.

Con los pensionistas lo mismo: hay que trazar la edad de jubilación pero no reducir las pensiones, porque no son altas en España, especialmente las de viudedad. La gente está dispuesta a trabajar hasta los 70 si el cuerpo aguanta, especialmente en profesiones no serviles. A lo que no está dispuesta es a que le reduzcan su pensión, ya bastante magra.

Pero ojo, en materia de jubilación, además, hay que introducir el salario maternal, en sustitución de la prestación por dependencia. Tenemos un problema de población envejecida, porque los políticos han condenado a las jóvenes parejas a la miseria y han puesto muy, muy difícil, la maternidad. Toda mujer que tenga un hijo, un futuro contribuyente, debería recibir un salario mínimo hasta que estén criados. De otra forma no habrá rejuvenecimiento poblacional y, con ello, el problema de las pensiones se volverá insoluble.

Pero no es eso lo que pretende la ministra de Trabajo, Fátima Báñez (en la imagen). Lo que pretende es llegar a un consenso con el PSOE para reducir el coste de la Seguridad Social en 10.000 millones de euros, un 1% del PIB. Ahora bien, eso no significa otra cosa que bajar las pensiones por consenso: es decir, os fastidiamos a todos pero lo hacemos al alimón. Los políticos son así.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com.