Este martes, García Margallo ha expulsado al embajador de Siria en España como protesta por la matanza del régimen de Bachar al Assad el pasado viernes en Hula. El ministro de defensa ha manifestado esta mañana que una intervención por parte de España y otros países de la ONU en Siria está descartada dado que Rusia y China se oponen "aunque China esté cediendo algo más tras las barbaridad de lo ocurrido esta semana…y Rusia también está cambiando su actitud al comenzar a seguir las tesis de Koffi Annan, para que haya una transición".
El consentimiento de estos países es imprescindible para conseguir el aval de la ONU. Es imposible, ha señalado "una intervención no amparada por Naciones Unidas en Siria mientras el Consejo de Seguridad, y particularmente Rusia, de una manera clara; y China de una manera no tan clara, se opongan.
El Gobierno español, añadió, estudiaba la posibilidad de mandar observadores del conflicto, pero no acababa de decidirse por los riesgos de seguridad que corren. Ha puesto el ejemplo del enviado noruego al que "le colocaron casi 60 kilos de dinamita y dos sirios murieron". El ejército sirio, ha señalado, no está en condiciones de garantizar la seguridad de los observadores.
Morenés ha declarado, en relación con el nuevo estado de Azawad en Mali, que es partidario siempre del "In dubio pro orden del Estado preestablecido", salvo en determinados casos, "siempre que no se comentan barbaridades en algunos Estados Establecidos", ha señalado, en clara alusión tal vez, a Siria, porque "por encima de todo está la carta de los derechos humanos".
Sara Olivo
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