En cualquier caso, Siria insiste en que no controla milicias libanesas y que ha cumplido con los requisitos la comunidad internacional.
El petróleo, en el entretanto, parece haberse acostumbrado a los sustos: no se ha movido, aunque eso sí, no se ha movido de la cima. Las noticias internacionales no parecen afectarle, y seguimos con un barril Brent en 54 dólares. Por eso, Bush ha recibido con todos los honores al príncipe heredero Abdalá Abdulaziz, considerado, antes que cualquier otra cosa, un fundamentalista. Necesita que Arabia rompa con la OPEP y fuerce un descenso real de los precios del crudo que está afectando de forma dura a Occidente.