Tanto hablar de nacionalismo económico corremos el riesgo de confundir las cosas. Es correcto que el Gobierno portugués defienda el carácter luso de Portugal Telecom y que se resista a dejarse absorber por empresas de países más poblados y con mayor potencial industrial. De la misma forma, el Gobierno Zapatero debió defender la españolidad de Endesa, empresa estratégica.
No, aquí hablábamos de Vivo, la filial brasileña conjunta. Una empresa más grande que la matriz portuguesa y que no podía crecer en el país iberoamericano porque PT no tenía potencial suficiente.
Es entonces cundo el amigo de Zapatero, el amigo progre, el que copia su normativa de aborto, decide operar como broker y negarse, porque le da la gana, a la venta, una venta espléndida para PT. Y mientras, el Ejecutivo Zapatero, en lugar de apoyar a su empresa, a Telefónica, se ha dedicado a apoyar a PT, a su amigo Sócrates. Increíble pero cierto. Ahora que el asunto ya ha acabado, Portugal Telecom debería pagar una comisión, no sólo a José Sócrates, sino también a José Luis Rodríguez Zapatero. Con el dinero de los accionistas de Telefónica, claro está.
Eulogio López
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