Felipe González y Juan Luis Cebrián preparan el multimedia de la Internacional Socialista. El enfrentamiento es máximo en PRISA entre Cebrián y los Polanco. Éstos quieren ser rentistas, mientras JANLI pretende seguir mandando con su estilo de siempre: sin poner un euro. Sólo hay un problema: Slim es un tacaño. Mientras, PRISA amenaza a Zapatero: si continúa favoreciendo a La Sexta le retirará su apoyo, pero Moncloa se ríe de ellos y anima la entente Mediapro-Televisa. Tras el triunfo electoral del PSOE, Jaume Roures considera que Público ya no es necesario, pero no es fácil cerrarlo
En Moncloa se lo pasaron de miedo leyendo el último discurso del consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, durante la última Junta de Accionistas de la sociedad. Además de explicarle al Partido Popular qué derecha quiere PRISA para España, para ser exactos, qué derecha quiere JANLI, saludó el triunfo electoral del PSOE como mérito propio y le lanzó a ZP una advertencia muy clara: tiene que cambiar su política audiovisual, que en el meta-lenguaje ‘janlista', el metalenguaje del poder, se traduce así: No toleraremos que sigas beneficiando a su propio multimedia, el formado por Globomedia (José Miguel Contreras y Miguel Barroso) y Mediapro (Jaume Roures y Tacho Benet), es decir, que sigas beneficiado al canal de TV La Sexta y al diario Público.En Moncloa se ríen a gusto de las amenazas del académico, porque ya sabe de ellas y ya saben en qué quedan. A la hora de la verdad, como se ha visto durante la reciente campaña electoral, El País, la SER y Cuatro no tienen otro remedio que apoyar con entusiasmo a Zapatero. Esta vez, el apoyo ha sido más social que económico. Lógico, controlado como está el diario El País por el lobby gay. Han privado los ataques a la Iglesia y otras cuestiones "sociales", pero es lo mismo: apoyo sin fisuras a ZP, no fuera a ser que se impusiera al PP.
Ahora bien, todo ello no soluciona el problema de PRISA-Sogecable, la cabecera del grupo. PRISA, vale en bolsa 1.900 millones de euros, y no estará muy lejos de esa cantidad la deuda resultante cuando termine la nueva OPA sobre Sogecable. Una deuda asfixiante que pesa como una losa. En concreto, la gangrena de PRISA-Sogecable se encuentra en la plataforma Digital , no en El País, ni en la SER ni en Cuatro.
Y ahí empieza la doble historia. Cebrián lleva ofreciendo Digital a todo aquel que se lo quiera comprar, pero todos le exigen que rebaje el precio (por ejemplo, sus socios de Canal Francia o Telefónica, que sencillamente no lo quiere). La novedad ha surgido cuando se lo ofrecieron al magnate mexicano Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo, según Forbes. El mexicano, siempre asesorado por Felipe González, respondió que no estaba interesado en la plataforma, pero sí en comprar todo PRISA-Sogecable, al completo.
El competidor de Telefónica sabe de las diferencias, ya apenas disimuladas, entre la familia Polanco -y la familia de Pancho Pérez González que posee un 30% de la matriz Timón- y Cebrián, quien se comporta como si fuera el propietario del entramado. La segunda generación de Polanco, empezado por el presidente del Grupo, Ignacio Polanco, está harto de la brega y quiere ser rentista. Cebrián, por contra, se conforma con convertir al mundo al progresismo, él solito, a ser posible sin poner un euro, como gestor, no como propietario. Ahora tiene su oportunidad. Por eso, junto a Felipe González, pergeña lo que sería el gran multimedia en lengua hispana de la Internacional socialista, con un Slim que también quiere ser editor y que quiere entrar en España como sea.
Eso sí, Slim es un tacaño -quizás por eso es tan rico-. Y, como siempre, quiere comprar sin dinero, con crédito o por intercambio de papel. Y eso no es lo que desean los Polanco.
En definitiva, los hijos de don Jesús quieren vender -no así el sobrino, Javier Díez Polanco- mientras que Cebrián se niega en redondo. Pero tampoco desea que Slim entre en tromba, sino que prefiere, con el apoyo de González, una entente con Telmex, o creación de un grupo hispano-mexicano. Casualmente, Cebrián ha pedido a La Moncloa que exija a los países hispanos reciprocidad a la hora de inversiones informativas. Él está dispuesto a dar ejemplo y convertirse en el Ciudadano Kane -progresista, por supuesto- de la comunicación en castellano.
Es la propuesta-apuesta que la familia Polanco tiene encima de la mesa, y ese padrino que es Felipe González, está dispuesto a poner todo su empeño en que se estrechen las manos.
Ya que si hablamos de hispano-mexicano, el PSOE a lo suyo, a promocionar el grupo Mediapro-La Sexta. Primer problema: ¿hay que mantener abierto Público? Ganadas las elecciones el diario ha perdido su razón de ser, pero cerrar un periódico puede resultar tan difícil, o al menos o más escandaloso, que abrirlo. Al mismo tiempo, desde Moncloa se anima a José Miguel Contreras y a Jaume Roures a retomar las buenas relaciones con Televisa (aquí todo es hispano-mexicano). Y es posible que Azcárraga, antes socio, ahora enemigo de Slim, dé por perdido el dinero que puso en su día para