FG insiste en que Basilea II provocará fusiones bancarias
Es el curso universitario de verano probablemente más famoso de cuantos se celebran en España, al menos en el terreno económico. En
Pues bien, Basilea II es el conjunto de normas que todo el sistema bancario mundial (al menos el que quiera beneficiarse de las ventajas del libre comercio) se autoimpone para aumentar las exigencia de capital y concretar lo que cada entidad debe aportar según los créditos que otorgue, es decir, los riesgos que asuma.
Para hablar de ello, han pasado por Santander, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, el presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Francisco González, la presidenta (presidenta, señor Botín, no presidente) de Banesto y el consejero delegado del Banco Popular, Ángel Ron.
Según FG, las necesidades de capital provocarán fusiones entre bancos, lo que es negado por Ángel Ron, para quien el BBVA confunde Basilea II con su propia estrategia. En definitiva, hemos pasado del sistema Asiaín al sistema FG. Para el que fuera presidente del BBVA, José Ángel Sánchez Asiaín, que comenzara en España el proceso de fusiones bancarias. Según esta teoría, las fusiones se hacían para reducir costes, es decir, para despedir trabajadores. Para FG, es Basilea II quien les obliga a fusionarse, porque exigirá nuevas inversiones de capital. Ron, desde luego, no está de acuerdo con ello.
Por lo que se refiere al contenido del acuerdo Basilea II, lo cierto es que todos los participantes aparecían empeñados en escenificar aquel relato del humorista Wodehouse, donde los participantes en un recital benéfico, por desconocer el programa conjunto, se empeñan en cantar la misma tonada (¡Hijo mío!) hasta que el público asistente comienza a lanzar tomates al escenario.
FG, el primero en interpretar la balada, también advierte que Basilea hará que la banca se aleje de los seguros, porque exigen más capital, y de que se concentren las gestoras de fondos de pensiones y de fondos de activos, hasta ahora un chollo sin exigencias de recursos propios, cosas que cambiarán con Basilea.
La discrepancia llega al ahora de las fusiones: a FG le conviene absorber, al Popular no, porque no quiere ser absorbido. Conclusión: Cada uno cuenta la feria según le va en ella.
Pro otra parte, FG considera que Basilea II no tendrá relación con la venta de participaciones industriales en poder de los bancos. Y esto es importante, porque las principales empresas españolas dependen de un núcleo duro accionarial compuesto por bancos y cajas de ahorros. No es un secreto que FG continúa con su teoría de optimizar el beneficio, es decir, de irse de las empresas en las que participa: Telefónica, Repsol YPF, Iberdrola, etc. Solbes, a quien como vicepresidente económico, no le conviene quedarse sin esas compañías estratégicas, no dijo esta boca es mía.
En cualquier caso, el aspecto más importante de todos lo recordó Solbes y a él aludieron tanto Ángel Ron, como FG y Ana Patricia Botín: Basilea II, complejísimo modelo estadístico sobre riesgo y aportación de capitales, supone la consagración de la subjetividad del inspector de turno o lo que Ana P. Botín califica como "la autoridad supervisora local". En otras palabras, el complejísimo esquema de Basilea II no tiende a la objetividad de la norma sino a la subjetividad del inspector, que al final, es el que dictamina si un banquero está asumiendo más riesgos del que debe. Siempre se ha dicho que el Banco de España es la única institución no sujeta al Estado de Derecho. Pues bien, Basilea es la prueba.
Lo que no tiene por qué resultar negativo: el concepto de objetividad tiene una gran aceptación, pero a la hora de la práctica todo el mundo prefiere un dedo bien utilizado, es decir utilizado con imparcialidad y lógica.