Se trata del segundo gran golpe de La Caixa en este año. Tras el fracaso de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, ahora suma el fiasco de la no fusión entre Abertis y Autoestrade. El proteccionista gobierno italiano (da igual su signo, como en Francia), ha tratado de poner todos los palos en las ruedas que ha podido. Ha ninguneado las advertencias de la Comisión Europea, ha amenazado con retirar las licencias de la concesionaria italiana, vaciando su patrimonio.

Y no le ha ido mal. Al final ha conseguido que la operación quede frustrada. Mientras tanto, el gobierno español ha permanecido mirando a la luna de Valencia y cuando este martes le preguntaron al vicepresidente económico, Pedro Solbes, si el gobierno español haría algo para evitar que la operación quedara en vía muerta, respondía escuetamente: Yo, desde luego, no.