Entre las seis grandes constructoras -Ferrovial, Acciona, ACS, FCC, Sacyr y OHL- deben a la banca más de 100.000 millones de euros, y el mayor porcentaje corresponde a compras apalancadas. Es el caso de Ferrovial con el gestor aeroportuario británico BAA, Acciona con Endesa, ACS con Fenosa e Iberdrola, Sacyr con Repsol, FCC ha forjado alianzas pero no ha realizado grandes compras en el sector energético, por lo que su deuda se sitúa en el estrado más bajo (junto a OHL): 10.347 millones a 30 de septiembre.
La empresa de Rafael del Pino encabeza la lista con 29.000 millones de euros, lo que le ha obligado a poner a la venta algunos aeropuertos bancarios. De hecho, tras la etapa de los apalancamientos han venido las ventas apresuradas, malas ventas en su mayor parte, dada la evolución del mercado.
Insistimos: el pecado de la banca anglosajona es la especulación y el de la banca continental, especialmente la española, los créditos a empresarios que compraban compañías y ponían como aval las acciones de esas mismas compañías. El presidente de uno de los grandes bancos exclamaba: Nunca más dar créditos para comprar una inmobiliaria con las garantías de la propia inmobiliaria. El problema es que el mal ya está hecho.
Martinsa, Colonial, Metrovacesa, Reyal, Habitat, son sólo algunos ejemplos de este fea práctica bancaria.
Además, el Banco de España se ha visto obligado a hacer la visa gorda cuando un banco, por ejemplo el Santander con Reyal Urbis, o ahora seis grandes entidades españolas con Metrovacesa, han convertido su fallo en inversión.