Para justificar el plante de Andalucía al Consejo de Política Fiscal y Financiera, el secretario general del partido socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, hizo, tal vez sin pretenderlo, el mejor retrato de la realidad al acusar al Gobierno de haberle ofrecido tan solo "lentejas", que las tomas o las dejas.
Pero lo que Rubalcaba no tuvo en cuenta en su crítica al Gobierno es que justamente eso, unas humildísimas lentejas, es lo que Rajoy se ve obligado a administrar ahora para impedir que España muera de la inanición a la que el propio Rubalcaba tanto contribuyó a condenar.
En esta especie de baño de realismo a la inversa de la oposición, su compañero de partido y presidente de la Comunidad autónoma andaluza, José Antonio Griñán, que tanto sabe de cómo gastar dinero en subvenciones y falsas regulaciones de empleo, ponía el grito en el cielo al advertir que la obligación de cumplir con el tope de déficit, le puede suponer un sustancial recorte a la sanidad y la enseñanza.
Suso do Madrid