El negocio del transporte aéreo funciona con márgenes cortos y muchos imponderables (y aún más impredecibles, oiga), así que hay que ahorrar al límite. Por ejemplo, la aerolínea Spanair (SAS), aún presidida por Gonzalo Pascual, de Viajes Marsans, está comprando los aviones MD-87 y MD-88 (130-150 pasajeros), de corto y medio alcance, porque la antigua aerolínea de bandera los está cambiando por Airbus 319 y 329. Los MD-87 y MD-88 son aeronaves más ruidosas y más contaminantes.
Al o mejor ha llegado el momento de profundizar en las auditorías de calidad. Si quieres bien trasportar, ni un euro debe escapar.