La vicepresidenta Salgado lleva unos días tratando de transmitir el siguiente mensaje: el nuevo modelo de financiación autonómica no incrementa la deuda, sino que transforma la deuda autonómica en deuda estatal, dejando intacto el sumatorio. Tiene razón. Sólo que el análisis no es de foto fija, sino de video en movimiento. A foto fija, ocurre lo que señala la vicepresidenta.
Pero el video en movimiento anticipa el futuro. Y es que si las CCAA se comportan como lo han hecho en el pasado, seguirán gastando como antes y volverán a incrementar su deuda, avalada por el Estado. El nuevo modelo de financiación autonómica no contiene ningún mecanismo para controlar el déficit futuro de las CCAA. El anterior sí. Junto al modelo Montoro existía una rígida Ley de Estabilidad Presupuestaria que ataba en corto a las CCAA.
Por el contrario, el Estado ha comprado la deuda de las CCAA a cambio de nada. No hay corsé. Y por lo tanto, el resultado es un déficit público estatal de 11.000 millones y de carácter estructural. En paralelo, un crecimiento de la deuda autonómica descomunal, sin exigencia de contrapartidas, ni corresponsabilidad. El hecho de que Salgado tuviera que corregir al alza sus previsiones de déficit autonómico por sugerencia de las CCAA es más que significativo. Conclusión: el nuevo modelo de financiación autonómico sí que incrementa el déficit.