Lo primero que hay que decir es que las pensiones en España siguen siendo bajas con respecto a las de otros países europeos. En esta situación vemos cómo otros países europeos, como Francia, aumentan los años de cotización, de manera que bajan las pensiones. Pero curiosamente en España suben las pensiones -lo que está bien porque ya hemos dicho que son bajas-, pero no se aporta nada para que mejoren en un futuro. ¿Por qué? Porque nuestro país sigue envejeciendo, no nacen niños y dentro de poco, no se recibirán ni 900 euros, ni 500. No habrá dinero para las pensiones. La solución: o que haya menos pensionistas (alargando los años de cotización o suprimiendo a los pensionistas, para lo que la Ley de Muerte Digna irá muy bien -léase con sarcasmo, por favor- o que haya más niños (pero sus beneficios se notarán de aquí a 30 años, y quién sabe si el sistema llegue tan lejos).
Pero mientras se siguen pensando soluciones -si es que algún político lo hace-, el coste de las pensiones en España sigue subiendo, porque sube la pensión (la media de jubilación se sitúa en agosto en 917,53 euros mensuales, un 3,5% más que en agosto de 2010, mientras que la media del sistema está en 806,77 euros, un 3,3% más) y porque aumenta el número de pensiones contributivas, que pasa a ser de 8.822.156, lo que representa un crecimiento del 1,5% respecto al mismo mes del año anterior.
Juan María Piñero
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