La presión política lleva a un divorcio entre la caja catalana y la eléctrica francesa. Por ejemplo, que Agbar se marche de Suez y se quede con Agbar

Un detalle, si se quiere, pero Gérard Mestrallet, presidente de Suez, pidió permiso en septiembre al presidente de Criteria, Ricard Fornsa, para poder consolidar Aguas de Barcelona, gestionado por una sociedad instrumental (HISUSA), de la que Suez posee el 51% y Criteria el 49%. Y Fornesa se lo concedió.

Todo esto en medio de una presión de Moncloa y de la Generalitat sobre La Caixa para que Suez, ahora en fusión con Gas de France, se marche de Gas Natural, donde posee el 9% (contando la participación directa o indirecta). Ni Moncloa ni Montilla quieren a Suez en GN. Por ahora, la Comisión Nacional de la Energía no levanta la voz más de lo necesario pero Mestrallet se ha visto obligado a viajar a Barcelona y a conceder entrevistas con el mismo mensaje: no haremos nada en Gas Natural contra el parecer del Gobierno o de La Caixa.

Ahí es donde Agbar cobra importancia. El PSOE sí aceptaría que Agbar pasara a manos francesas, siempre que retiren su manso de Gas Natural. Al parecer, el gas es más estratégico que el agua.