Sr. Director:
Desde hace un tiempo escuchamos con bastante frecuencia la frase "apología al terrorismo". Principalmente hacen alusión a manifestaciones realizadas por miembros de la banda ETA o BATASUNA, o cuando el ingenioso Sr. Blanco denominó con estos términos una canción carnavalesca realizada por un individuo en una manifestación.
Sin embargo, creo que su aplicación es simplista, y que esta apología al terrorismo se está desarrollando en numerosos actos, propuestas y manifestaciones ofrecidas a la sociedad desde el gobierno socialista y apoyados en mayor o menor grado por el resto de los partidos.
Es apología al terrorismo cuando induce a las mujeres al aborto aludiendo que tienen el derecho sobre otras vidas provocando la muerte en su mismo seno, en lugar de crear un sistema de ayudas específicas que faciliten a estas mujeres a tener a sus hijos en condiciones dignas.
Es apología al terrorismo cuando induce a familiares y médicos a la eutanasia con la justificación de que es necesario que los enfermos tengan una "muerte digna", cuando de manera subliminal se quiere decir que los enfermos y ancianos estorban y son caros, en lugar de poner todos los medios necesarios para una vida digna.
Es apología al terrorismo promover la manipulación de embriones, con el argumento de beneficios para la humanidad en la curación de enfermedades llegando a mentir sobre su eficacia, cuando detrás hay todo un plan de control sobre el hombre, pretendiendo manipularlo hasta genéticamente, y todo ello, bajo criterios economicistas y mercantiles.
Es apología al terrorismo anunciar a través de los periódicos ofertas de prostitución convirtiéndose en cómplices de la explotación sexual que sufren la mayoría de las mujeres que en ellos se anuncian, siendo uno de los mayores cauces de financiación de dichos periódicos.
Vivimos en un sistema imperialista en el que el ser humano llega a tener el valor que dicta la bolsa. Este sistema impone lo que Juan Pablo II denominó como "cultura de muerte" y este gobierno, que se hace llamar socialista, es uno de los mejores precursores, traidor a aquellos socialistas del siglo XIX en cuya lucha lo central era la persona humana y su dignidad.
¿Hasta dónde quiere llevarnos este gobierno sin sentido, que se llena la boca hablando del derecho a las libertades o estado de derecho?
A la sociedad no sólo se le mata con grupos terroristas y sus apologías, también se le mata con la mentira y la manipulación de la conciencia, que son las armas propias de un estado totalitario, donde se pone precio a la vida humana.
Marina Ponce Suárez
poncemarina@terra.es