En estos momentos en los que la vida pública y política española se ve gravemente afectada por numerosos casos de corrupción, la Comisión General de Justicia y Paz en España ha emitido un comunicado en el que expone la necesidad urgente de luchar de forma decidida desde todos los ámbitos de la sociedad.
La corrupción de los poderes públicos y la proliferación de fuentes impropias de enriquecimiento y de beneficios fáciles, basados en actividades ilegales o puramente especulativas, es uno de los obstáculos principales para el desarrollo y para el orden económico, engendrando pobreza y desigualdad.
El Papa afirma que la corrupción es más que un pecado y que, en definitiva, quien paga la corrupción son siempre los pobres: los "pobres materiales" y los "pobres espirituales".
J. D. Madrid