- El informe de la Comisión del Mercado de las telecomunicaciones, alaba a los OMV que no invierten en red.
- Y un día después se anuncia la venta de Yoigo, uno de los virtuales que más ha crecido.
- Con Rajoy, sigue vigente la doctrina que entiende la competencia como un reparto de cuotas.
- En el entretanto, nadie quiere hacerse cargo de Euskaltel.
En Telefónica, Vodafone y Orange, los tres grandes operadores de red, es decir, los que invierten en infraestructuras, braman contra el último informe de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), Bernardo Lorenzo (en la imagen).
Fieles a la historia del organismo que próximamente se va a integrar en la nueva megacomisión de competencia, la CMT sigue aplicando los viejos criterios de Reinaldo García: competencia significa que el mercado se reparte entre varios operadores.
Ciertamente ese es uno de los elementos, pero no a costa de que los que invierten en infraestructuras, en red, que son los tres grandes operadores: Telefónica, Vodafone y Orange, a lo que habría que añadir ONO y Euskaltel.
Sin embargo, el informe vuelve a cantar las excelencias de operadores móviles virtuales (OMV), tipo Yoigo, que no invierten sino en sus propios sistemas y que alquilan a precio fijado las redes a los constructores de infraestructuras.
Y el cabreo ha subido de volumen cuando 24 horas después se sabía que la empresa nórdica TeliaSonera puede poner en venta Yoigo, una vez que este OMV, especialmente agresivo, ha conseguido su cuota de mercado con alquiler de redes ajenas a coste prefijado.
En el entretanto nadie quiere hacerse cargo de Euskaltel, la teleco vasca que Kutxabank, principal accionista con un 68%, quiere vender a empresas de capital-riesgo.
Encima, para adecentar la venta a los depredadores del 'private equity', Kutxabank pretende una ampliación de capital a la que tendrán que acudir Iberdrola y Endesa, a pesar de que no les hace ninguna gracia. No olvidemos que Euskaltel debe abonar a Orange 220 millones de euros del laudo arbitral que le condenó por incumplir el pacto sobre clientes entre las dos compañías, antaño socias.
Nadie quiere Euskaltel, así que se lo acabará quedando o bien el capital riesgo para trocearlo o bien el Gobierno vasco contra su propio presupuesto.
Lo de siempre.
Miriam Prat
miriam@hispaniad.com