El cineasta Bruce Beresford, que logró la popularidad  gracias a la tragicomedia Paseando a Miss Daysy (1989), vuelve a contar de nuevo con Morgan Freeman para este thriller que narra una conspiración.

El magnífico actor negro encarna a Frank Carden, un asesino a sueldo al que, cuando está intentando escapar de la justicia, se le cruza en su camino un estricto profesor de deporte y su hijo que se encuentran de acampada. De hecho, se conocen cuando está a punto de expirar un agente de policía que les dice a Ray (John Cusack) y a su hijo adolescente que deben entregar a Carden a la justicia antes de que cumpla un último y sangriento contrato. A partir de aquí, y en medio de los bosques, comienza una carrera contrarreloj para entregar ese matón a las autoridades  antes de que les encuentren sus secuaces.

Bruce Beresford es un buen director y por ello, con mucha eficacia, ha sabido sacar partido de una historia convencional de suspense en la que se introduce adecuadamente el toque dramático (el hijo y el padre comienzan la "aventura" en medio de todo un conflicto generacional). Técnicamente está muy bien rodada y los dos antagonistas del film: John Cusack y Morgan Freeman están soberbios, además de bien elegidos para sus respectivos papeles. Atención a ese toque de actualidad sobre el controvertido asunto de la utilización de las células madre...

Con todos estos elementos, Beresford consigue que, a pesar de la escasa originalidad de su guión, The Contract se vea con agrado si lo que buscan es cine de entretenimiento, aunque llega nuestra cartelera con dos años de retraso.

Para: Los admiradores de Morgan Freeman