Un día muchos soñamos con la democracia. Ahora no son pocos los que nos sentimos defraudadazos ante la indefensión estatal en que quedan en España los nonatos, signo de totalitarismo.
El Gobierno no ha tenido en cuenta ni el derecho de todos a la vida, ni que su programa electoral no contemplara una nueva ley de aborto (lo mismo cabe decir del PNV, que, además, traiciona su apuesta por el humanismo cristiano). No le ha importado que el porcentaje de ciudadanos partidarios de la pretendida reforma del aborto, sea minoritaria, como se ha demostrado en grandes manifestaciones ciudadanas y en las encuestas, y le da igual que sea antidemocrático imponer, a sus diputados, la dirección del voto en un asunto de conciencia tan delicado. ¿Ignora que la democracia se basa, sobre todo, en el respeto a los derechos fundamentales, siendo el principal, el derecho de todos a la vida? ¿O es que la democracia se la toman, algunos, como un trampolín para ejercer un totalitarismo que difumine el sentido de los derechos humanos?
Un feto de 14 semanas es un ser humano, aunque lo niegue Bibiana Aído. El feto posee, en cualquier momento de su desarrollo, todas las características propias del ser humano, y a las nueve semanas funcionan todos sus órganos y puede chuparse el dedo. ¿No ha tenido, Bibiana, en sus manos, el famoso pin de los pies preciosos, copia exacta de los de un niño nonato de diez semanas, ya enteramente formado?
María Fernández