La necesidad de no agravar la gigantesca deuda que atenaza al Sistema Nacional de Salud ha llevado a las autonomías a acometer un drástico recorte en su presupuesto sanitario.
De esta forma las comunidades dedicarán en 2011 alrededor de 55 euros menos de media a sufragar la asistencia médica de cada ciudadano. Este brutal recorte supone una evidencia más de la necesidad de reformar, para evitar su demolición, el pilar básico del Estado del Bienestar.
Pienso que es necesario a pesar de que quienes lo han provocado ahora estén en contra, al menos en Cataluña, de su aplicación.
Jaume Catalán Díaz