Las verdad es que la noticia no es de El Mundo, sino una exclusiva de Cinco Días publicado el pasado fin de semana: El que fuera secretario de Estado de Comunicación de José María Aznar, Alfredo Timermans, ha encontrado trabajo como representante de Telefónica en Estados Unidos, donde vive desde hace algo más de medio año. Pero la noticia ha sido convertida en editorial por el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, que mantiene una guerra personal con el presidente de Telefónica, César Alierta. Así, El Mundo titula Un caso de corrupción política que el PP no debe tolerar. La verdad es que Mariano Rajoy, secretario general del PP, poco puede tolerar o dejar de tolerar, dado que Alfredo Timermans ha abandonado la vida pública y se dedica a sus quehaceres privados. Pero lo llamativo es la principal razón alegada por El Mundo, según la cual Timermans llamó a varios ministros para que no acudieran a los premios organizados por El Mundo. Según Pedro J., Timermans ha incumplido la Ley de Incompatibilidades del Gobierno, dado que tuvo que ver con decisiones que afectaban a la compañía, tales como la absorción de Vía Digital por Sogecable.

Lo cierto es que puestos a abofetear a Alierta en la cara de Timermans, El Mundo podía haber echado mano de otro hecho en el que el entonces secretario de Estado de Comunicación no perjudicó a El Mundo pero sí benefició a Jesús Polanco. Hablamos de la supresión en el proyecto de Presupuestos para 2004, las últimas cuentas públicas presentadas por el Gobierno Aznar, de la incompatibilidad entre la explotación de una licencia de televisión de alcance nacional y la de otra de cobertura local. En otras palabras, el caso de Jesús Polanco, propietario de Canal y de Localia. De esta forma, Aznar le hizo un regalo de despedida a don Jesús, que éste, agradecido, le pagaría el 12 de marzo. Claro que esto no tiene nada que ver con la Ley de Incompatibilidades, sólo con la verdad.