En teoría, Solidaridad nació en Gdansk, antaño alemana, ahora cuna de la Polonia libre y del mundo liberado del leninismo. Nació en unos astilleros, donde los trabajadores empezaron a pedir mejoras en su precaria condición laboral y acabaron cambiando el mundo.

Lo que los misiles nucleares norteamericanos no consiguieron, lo logró un electricista y sus compañeros, quienes, antes de comenzar sus asambleas, no tenían el menor empacho en arrodillarse, en público, y confesar sus pecados.

¿Cómo ha podido subsistir Polonia a la ocupación nazi y al régimen comunista? Pues echando mano de sus raíces que, como las españolas, son raíces cristianas. Polonia ha sobrevivido gracias a Jasna Gora -la montaña clara-, donde reside la imagen de la Virgen de Chestokova. Es un cuadro, un sencillo cuadro, donde aparece una imagen cuya belleza no se aprecia hasta que se repara en sus ojos. Son como imanes, garfios, anzuelos que te aprisionan. Posiblemente haya imágenes y esculturas de Nuestra Señora mucho más bellas, pero ninguna tan hipnotizante. "Ojos soñadores", me dice la hermana Francisca. No, son soñadores, son hipnóticos, atraen, pero no provocan la menor turbación. No hay desafío en sus pupilas, si acaso, una ternura recia, penetrante. Nadie se siente turbado ante nuestra Señora de Chestokova, pero todos nos sentimos interrogados. Imposible huir en busca de nuevas sensaciones. Cabe un "no te entiende", pero no un "adiós".

En toda mi vida había visto tantos jóvenes arrodillados, confesando, comulgando, de rodillas sobre las losas, observando con atención el mobiliario que nos rodeaba.

Mirando, por ejemplo, el genial viacrucis de Duda Gracz, un artista polaco de corte expresionista, que podría haberse ganado la vida en el cómic. La primera estación está dedicada a los periodistas, y la verdad, no salimos muy bien parados. El calvario es Auschwitz y hay una serie de eclesiásticos de la alta jerarquía que no acaban de comprender el sacrificio redentor. El médico de Gracz es el incrédulo Tomás: analiza las llagas de Cristo porque no puede entenderlas y los niños abortados de Gracz acusan a una sociedad que les castiga con el olvido. El detalle que más impresión me causó: en el cuadro que representa el campo de exterminio más famoso del nazismo, junto a las alambradas, estaban esparcidos por el suelo, junto al cuerpo yacente del Redentor, una serie de libros. Pero no son libros buenos, sino homicidas y liberticidas, provocadores de la tragedia: ¿Quién ha dicho qué toda cultura ah de ser buena? ¡Ah!, y en el Viacrucis de Gracz, el mundo está redescubriendo la Torre de Babel, imagen que, servidor, periodista de Internet, entendió sin necesidad de explicación alguna por parte de la guía.

Todo el Santuario es como la imagen viva de las palabras de Juan Pablo II: "Amar es lo contrario de utilizar".

Sí, en Jasna Gora nació el espíritu de Solidaridad. Cuando se vive la libertad de ser hijo de Dios, no se acepta ningún tipo de tiranía. Ni humana ni divina. Cuelgan en Jasna Gora pintadas de Solidaridad; "Levántate Polonia, rompe tus cadenas", "Solidaridad de corazón y de mente". No veo una de las que más me gustan: "Polonia volverá a ser Polonia cuando dos y dos sean, siempre, cuatro". Una alusión a la mentira permanente del comunismo, hijo del relativismo rampante, un sistema donde "nosotros hacemos como que trabajamos y ellos hacen como que nos pagan".

Solidaridad destrozó al comunismo porque el leninismo era una grandísima mentira y los sindicalistas pusieron el dedo en esa llaga: en la impostura. Y no resultó sencillo. Aquel régimen podrido sólo podía defender su mentira con la fuerza, y vaya si lo hizo. El sacerdote Jerzy Popieluszko, se convirtió en un líder de los obreros por denunciar el gran embuste. Los comunistas polacos no lo consistieron: le secuestraron y asesinaron. Pero su odio era demasiado grande, así que, antes de rematarle, le sacaron los ojos y le cortaron la lengua. Desde Moscú, hablaban del general Walesa, pero lo cierto es que Solidaridad no disparó un sólo tiró: tumbo al Régimen con lo que Gandhi llamaría la no violencia, el mundo pacifismo y la Iglesia caridad.

Frente a los nazis en Auschwitz, los polacos, que morían de desnutrición, hicieron rosarios a costa de prensar las migas de pan que tanto necesitaban para subsistir. Algunos de esos rosarios aún se dejan ver en Chestokova.

Frente a la soberbia del paganismo nazi, opusieron su trascendencia, su amor a María; contra la gran mentira de la tiranía marxista, se propusieron decir la verdad, aunque la verdad les acarreara la muerte. En ambos casos pagaron un precio muy alto pero vencieron. Polonia, no la India, es el mundo de la no violencia. Es el mundo del amor recio, es lo contrario a utilizar. En Jasna Gora, nació el partido político más potente del mundo. Nazis y comunistas pasaron y los polacos a los que querían borrar del mapa, permanecen.

Eulogio López