Montilla no acepta que ninguna caja catalana caiga en manos de una entidad de otra comunidad autónoma.
Es una fusión financiera, pero también una operación política en toda regla. Fuentes del PSC resumen así la actitud de la Generalitat ante la fusión de las tres cajas públicas catalanas: El actual director general de Caixa Catalunya, Adolf Todó debería ser el primer ejecutivo de las tres cajas de ahorros de origen público que operan en Cataluña: Girona, Tarragona y Catalunya. Su labor al frente de esta última entidad está siendo reconocida por todos.
En segundo lugar, al actual presidente de Catalunya y ex vicepresidente del Gobierno con Felipe González, Narcís Serra, se le permite seguir como presidente de las tres entidades unidas pero, ojo, a plazo fijo. Él pide dos años, mientras la Generalitat desearía acortarlo a uno. En cualquier caso, la Generalitat sólo dará el visto bueno a la fusión, y a las ayudas públicas, en el caso de que Serra se comprometa a marcharse, en plazo fijo.
Tras la retirada de Pascual Maragall, Narcís Serra era el representante genuino de los exquisitos, del PSC del barrio Sarriá. Por contra, José Montilla, al igual que el ministro de Trabajo Celestino Corbacho, pertenece a un socialismo catalán mucho más proletario, procedente en su mayor parte de los pueblos que componen la metrópoli de Barcelona así como la Diputación. Son los ganadores, y las fusiones de cajas -Montilla no está dispuesto a secundar al Gobierno y al Banco de España en eso de las fusiones inter-regionales- no sólo son una opción financiera sino una batalla política.
En cualquier caso, en el nivel profesional, el más importante, el consenso es total: Todó debe ser el reflotador de las tres cajas, más que nada porque lo está haciendo muy bien como reflotador de Caixa Catalunya. Por cierto, Todó siempre ha compartido la hoy ya famosa teoría de que si fusionas dos entidades malas puedes encontrarte con tres problemas, pero cuando coges fama de salvador
Eulogio López
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