A pesar de las presiones internas, Fraga no consolidó los 1.200 puestos de trabajo, algo que habría dificultado mucho a Touriño entrar como elefante en cacharrería. Pero no era ni estético ni ético y Fraga aguantó la tentación a cambio del compromiso de Touriño de que no haría limpia sin examinar antes los curriculums.
A cambio, el ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga, sí que concedió "in extremis" las últimas licencias audiovisuales con carácter autonómico, entre ellas, Popular TV, la tele local de los obispos, vinculada empresarialmente a la cadena COPE de radio. Y esto que formaba parte del "pacto entre caballeros" formado entre Touriño y Fraga es lo que ahora está en discusión. Touriño ha anunciado una revisión de los acuerdos aprobados por la Xunta en funciones. "No va tardar ni 24 horas en revocar esos acuerdos porque tiene el instrumento jurídico para hacerlo", apuntan a Hispanidad.com fuentes del sector.
La declaración genérica tiene nombre y apellidos. El nuevo gobierno no soporta la adjudicación a Popular TV y está dispuesto a poner las patas por alto. No obstante, conviene recordar que el segundo adjudicatario es La Voz de Galicia, un grupo prosocialista que ha mantenido siempre posiciones muy antifraguistas. Pero da igual. El agravio de Localia en Madrid hay que devolverlo. Y Touriño tiene instrumentos. Permanezcan atentos a la pantalla, nunca mejor dicho.