Forma parte del paquete de medidas con las que trabaja el Gobierno. Parece increíble, pero es así. Trabajo se está planteando incrementar las prestaciones por desempleo a aquellos parados que ya las hayan agotado. Se trata de crear un colchón social que permita soportar la crisis sin tensiones. Porque a diferencia de la crisis de los 90, en este caso no se percibe una rápida recuperación ni existe una familia que sea capaz de amortiguar los efectos perniciosos de la crisis.
Dice Trabajo que esta medida podría plantearse si existe consenso social. Desde luego los sindicatos aplaudirán con las orejas. No está tan claro que los empresarios hagan lo mismo. En primer lugar porque es difícilmente sostenible presupuestariamente. Solbes también tendrá algo que decir. Y ya está bastante apesadumbrado con un déficit que amenaza con superar el Pacto de Estabilidad casi, casi en tiempo real.
Pero es que además, los empresarios son partidarios de abaratar el despido y la contratación. Es decir, recortar las cotizaciones a la Seguridad Social que consideran un impuesto al trabajo y flexibilizar el despido para que los empresarios se animen a contratar, que es lo que hace falta.
Pero sobre todo, da la impresión de que el Gobierno es muy creativo a la hora de diseñar colchones que amortigüen la caída, pero no es tan creativo a la hora de diseñar un nuevo modelo productivo que sea competitivo y que cree empleo sin necesidad de incentivos externos.