El bienestar animal y su normativa europea, permite establecer un nuevo modelo de producción, que permite crear nuevos parámetros referentes de producción y acercar la producción al consumidor.
La normativa como imposición tiene un resultado negativo para los animales y para el productor. La normativa como una 'oportunidad de cambio', permite entrar en un modelo mucho mas atractivo para quien defiende el sector porcino y pretende crear un entorno con mayores satisfacciones personales y a la vez si lo tecnifica un mayor retorno económico.
Aprovechar el bienestar para 'reciclarse en todas las áreas', nos lleva a un escenario apasionante, donde las tecnologías predicen acontecimientos productivos y reproductivos, los animales expresan su comportamiento y el ganadero convive con lo que siempre le ha producido mas satisfacción, que es el contacto directo y saber que los modelos anteriores no tienen por qué ser mejores.
La clave del bienestar es entender que mejoramos el grado de satisfacción de un trabajo un tanto desprestigiado.
Domingo Martínez Madrid