Mientras el beneficio neto atribuido crece un 18,4%, el margen de intermediación se queda en el 4,7 y el ordinario en el 2,2. FG saca pecho en las cuentas y asegura que sus relaciones con el Gobierno Zapatero son espléndidas y que nadie piensa en echarle. Continúa el pulso de FG con su consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, que no quiere prejubilar a Vitalino Nafría.
Tras la crisis, siempre negada oficialmente, de los años 2002 y 2003, que afectó principalmente a los dos grandes bancos españoles, la resurrección de 2004 ha servido a Francisco González, presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), para sacar pecho, tanto contable como socialmente. FG no deja de repetir por todo Madrid que sus relaciones con el Gobierno Zapatero no pueden ser mejores y que nadie está pensando en echarle. Una actitud bien distinta a la que exhibiera tras la victoria electoral socialista del 11-M, cuando en la calle Ferraz (sede del PSOE) se exhibían los nombres de Jaime Terceiro y Francisco Luzón como posibles sustitutos de FG al frente del segundo grupo bancario del país. FG también presume de que sus problemas con el PSOE han terminado. Ni tan siquiera le preocupa haber sido el empresario que despidió a Miguel Sebastián, antes director del Servicio de Estudios de BBVA y hoy principal asesor económico de Rodríguez Zapatero con categoría de secretario de Estado.
Tan fuerte se siente FG, que no ceja en su empeño de remodelar el equipo directivo, a pesar de los buenos resultados que está proporcionando. FG es un hombre de manías, y desde luego su director general de Internacional, Vitalino Nafría, no es un santo de su devoción, aunque nadie sabe por qué se inició esa animadversión. El caso es que FG insiste en que no quiere entre sus colaboradores a nadie que no le deba el puesto. Por esa razón, su opción consiste en prejubilar a José María Abril y Vitalino Nafría, mientras el tercer director general de Grupo, Julio López, abandonaría el control de la red para pasar a Internacional o a Banca Corporativa. El favorito de FG para sustituir a Julio López es Eduardo Arbizu, que sí le debe el puesto a FG.
La cuenta de resultados correspondiente a los nueve primeros meses de este año presentadas por el BBVA mantienen la misma tónica. El excedente es superior a lo que aconsejaría el margen de intermediación, el ordinario y el de explotación. Además, las comisiones están al límite, ya no permiten más alegrías. En primer lugar, porque la gente no está dispuesta a aceptarlas y, en segundo lugar, porque Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto, amenaza con romper el mercado con tarifa plana de comisiones. En el BBVA están convencidos de que la próxima batalla no va a ser la de los intereses, sino la de las comisiones. Por ahora, el aldabonazo de Ana Patricia ha sido detenido en su propia casa matriz, en el Santander Central Hispano. Pero comer, rascar y hacer ofertas bancarias todo es empezar. Eso sí, el banco está bien provisionado porque la morosidad bancaria en España continúa en mínimos históricos, a pesar de su levísimo punto de inflexión del último mes, que no era sino una necesidad estadística. Por eso, el BBVA y el SCH pueden permitirse el lujo de ofrecer más beneficio con menos margen, y de presumir más de rentabilidad que de solvencia. Además, se avecina una etapa de compras y absorciones y, en esa tesitura, para ser absorbente y no absorbido, se precisa presentar beneficios.