En la Junta de Accionistas del Banco de Santander en 2008, Emilio Botín pronosticó la buena marcha de la economía. Despreció la profundidad de la crisis con otra de las famosas frases que ha tenido que comerse con patatas poco después. Comparó la crisis con un niño con fiebre alta pero que se le pasa rápido.
Por eso cuando el banquero afirmó que probablemente hayamos visto ya lo peor de la crisis, el accionista Antonio Panea le recordó que el año anterior auguró un crecimiento de la economía del 2,5%.